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Johann Nepomuk Hummel: Music for Flute and piano, vol. 1 de Eduard Sanchez (flauta) y Enrique Bagaria (piano)

Domènec González de la Rubia
Compositor



(Nº 48, invierno, 2025)

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DISCOGRAFÍA


Johann Nepomuk Hummel: Music for Flute and piano VOL.1  Eduard Sanchez, Flauta. Enrique Bagaria, piano. Da Vinci Classics

 

Johann Nepomuk Hummel (Pressburg, 1778-Weimar, 1837) es, junto a  Beethoven, el más grande compositor de la Viena de principios del siglo XIX. Aunque para algunos siempre fue fiel al estilo clásico, esta afirmación debería ser matizada. En efecto, sus obras más tempranas pueden incluirse en este apartado pero otras de sus producciones, en las que el piano es el instrumento protagonista, abren una ventana a los nuevos aires del romanticismo, tanto en el aspecto melódico como en el formal o armónico. De hecho, para los compositores de la primera generación romántica, Hummel fue un compositor admirado e imitado. Chopin, Schumann o Liszt  lo consideraron uno de los más grandes junto a Mozart y Beethoven y para otros artistas menos recordados, como Czerny, Kalkbrenner, Moscheles o Thalberg, representó la quintaesencia del pianismo virtuoso. Su producción abarca más de 100 opus y en ella se encuentran obras en casi todos los géneros, incluida su ópera Mathilde Von Guisse y otros trabajos dramáticos muy poco difundidos o aún inéditos. En vida gozó de una fama y prestigio extraordinarios siendo respetado por todos como un artista de primer nivel. 

Hummel siempre recordó las enseñanzas de su maestro Mozart. De hecho y a petición del propio Mozart, estudió durante dos años en su casa. Como prueba de su admiración por el maestro, encontramos detalles en algunas citas musicales dispersas entre sus obras. Sin ir más lejos, en la op. 50, en el compás 89, la flauta esboza el tema del ultimo movimiento de la sinfonía Júpiter (en la maravillosa  op.20 para piano, la coda se basa en variaciones sobre este mismo tema).

En el libreto explicativo que acompaña al CD, se alude a cierta influencia de Beethoven en algunas de las obras de Hummel pero este punto de vista es del todo erróneo. Hummel tenía su propio estilo, muy diferente del de Beethoven y en todo caso, con la suficiente personalidad para no necesitar como modelo a las obras de su colega. Este despropósito a veces se lee en algunas publicaciones y desde luego, no está justificado. Son dos mundos musicales diferentes, con características propias tanto en las influencias recibidas como en sus lineas de evolución aunque a veces, como frutos de un mismo momento histórico, presenten lógicas similitudes. Por lo demás, Hummel fue lo suficientemente inteligente para no escribir una sinfonía, terreno en el que Beethoven no tenía rival.

El caso es que su música de cámara nos ofrece preciosos ejemplos  y esta ocasión, en el que se presentan trabajos para flauta y piano, no es una excepción. Cada uno de los instrumentos posee un papel protagonista que se desarrolla en un continuo dialogo salpicado por eventuales imitaciones y progresiones. Todos los recursos creativos son puestos a disposición de la manera más elegante y efectiva posible. Algunas de estas obras (op. 50, op. 64) pueden escucharse también en versión para violín (así lo dejó indicado el propio autor) pero salvo mínimas diferencias, el contenido es prácticamente el mismo. 

El volumen contiene dos de sus creaciones más difundidas: la op. 50 y la op. 64. Pero también la primeriza op. 2a nº2,  escrita cuando solo tenía unos 13 años y el Gran Rondeau brillant op. 126, de gran dificultad y belleza. Acaba el CD con la Romanza y Terzetto de la ópera Matilde von Guisse, una composición poco conocida que felizmente se ha incluido en la edición. Por cierto, que en este terzetto se ha unido el prestigioso Claudio Arimany.

Tanto Eduard Sánchez como Enrique Bagaría son ya dos acreditados intérpretes que pueden presumir de una larga y magnífica trayectoria. Su intensa y feliz actividad  dan buena prueba de ello. La versión es excelente. Se nota el cariño con el que ambos  procedieron a la grabación de las obras. Ciertamente, existen leves licencias interpretativas pero debemos considerarlas como fruto de su sello personal. En definitiva, las versiones destilan buen gusto, magnífica realización técnica y un excelente sentido del tempo y del fraseo.

No son partituras fáciles, ya que a la precisa articulación se añaden momentos tanto de delicadeza como de fuerza. Buena prueba de ello lo encontramos en la op. 126 pero también en el resto de los trabajos. Sin duda, los resultados conseguidos denotan el saber hacer y el exquisito sonido que ambos instrumentistas han conseguido extraer de estas partituras. El oyente disfrutará escuchando versiones de mucha calidad en las que destacan el sonido dulce, limpio, evocador y majestuoso a un tiempo de la flauta de Sánchez y  la pulsación precisa, de matiz exquisito y sensible de Bagaría.

Este que comentamos es el volumen 1 pero muy pronto nos encontraremos en los estantes con el siguiente. Estaremos atentos a su salida al mercado para seguir disfrutando de tan magnífico trabajo.


 

Escrito por Domènec González de la Rubia
Desde España
Fecha de publicación: invierno de 2025
Artículo que vió la luz en la edición nº 48 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505




 

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