Rycardo Moreno. Concierto n.º 1 Guitarra Flamenca: La Perla, Leplató / Satelite K, 2024
El referente de Diego del Gastor en el corazón
Uno de los rasgos de la guitarra flamenca contemporánea, como la del propio flamenco, parece consistir en mirar el pasado, para estar en el presente, y construir el futuro. En el caso de Rycardo Moreno (Lebrija, Sevilla, 1981), como los de David de Arahal (Arahal, Sevilla, 2000) y Yerai Cortés (Alicante, 1995), su focalización nos orienta hacia Diego del Gastor (Arriate, Málaga, 1908-Morón de la Frontera, Sevilla, 1973) como uno de sus principales referentes de lo clásico. El que desde Morón deslumbrara en la década de los sesenta del siglo XX a las tropas americanas de Rota y al movimiento hippie, reaparece ahora no solo como fuente de inspiración musical y técnica, con el toque barbero de pulgar, rasgueados y su singular expresión rítmica a compás, sino como guía sentimental y espiritual de una forma de entender la guitarra flamenca, el tocar “desde el corazón” como contracultura a los tecnicismos espectaculares y nuevas tecnologías. Tocar desde el poso de las vivencias, las que ya pasaron como recuerdos y memoria colectiva transmitida oralmente, las que pasan a diario con sus “fatiguitas y alegrías”, para alimentar el proceso creativo. Si en el caso de Rycardo Moreno y Yerai Cortés se añade una sugerente relectura de la expresión gitana del flamenco, con David de Arahal, comparte además un mismo espacio geográfico e imaginario, el andaluz del campo sevillano, y la sociabilidad de la familia y amistades cercanas. Sin embargo, en el caso del guitarrista lebrijano se añade una madurez que, por edad y vivencias, se manifiesta en un mayor eclecticismo musical.
En efecto, Rycardo Moreno constituye un caso aparte en el panorama actual de la guitarra flamenca contemporánea, inventor de su propia gramática, a partir de múltiples referencias culturales. Locales en primer lugar, con Lebrija como núcleo histórico singular, según documenta el Centro del Flamenco de este pueblo del Bajo Guadalquivir, con su estación de trenes y parada de la línea del ferrocarril Sevilla-Jerez de la Frontera inaugurada el 1 de mayo de 1860. Luego étnicas, al ser gitano y pertenecer a una de las familias de flamencos que, sumadas a las de Utrera, han marcado y siguen teniendo un sello, una voz propia en el flamenco contemporáneo. Intelectuales también, por el tipo de inquietudes y reflexiones que han tenido y plasmado por escrito sus guitarristas-cantaores, entre ellos los añorados Pedro Bacán y Pedro Peña, a los que podemos añadir a Juan Peña “El Lebrijano”, y hoy a José Valencia. Referencias profesionales y actuales sin lugar a dudas, por la multiplicidad de actividades que desempeña: productor, arreglista, compositor, guitarrista, docente, etc. E instrumentales por fin, por su manejo de varios tipos de guitarras, acústicas y enchufadas, con púa, con rasgueados y con pulgar, inventor de su propia técnica. En este sentido, casi se podría hablar de un nuevo perfil de hombre orquesta, en el contexto actual del flamenco y sus hibridaciones, tanto de géneros musicales, como de recursos tecnológicos. Es precisamente en el ámbito de la composición del concierto para guitarra y orquesta que canaliza sus múltiples influencias, con su nuevo opus Concierto n.º 1 Guitarra Flamenca: La Perla.
El olor a madera contemporánea de su primer concierto para guitarra y orquesta
Como todo proceso creativo en el flamenco, ha seguido un tiempo pausado, de solera, desde que empezaran a sonar algunas piezas en la XXI Bienal de Sevilla de 2020.
En el Teatro Juan Bernabé el jueves 13 de julio 2023, en el marco de la celebración de la 58 edición del veterano festival de flamenco “La Caracolá” de Lebrija, presentó un avance, quizás el más singular de su perfil ecléctico y versátil. El cartel lo anunció entonces como “Concerto n.º 1 para guitarra flamenca contemporánea”. Aún no llevaba el nombre de “La Perla”, sino el de “guitarra flamenca contemporánea”. Dos adjetivos que contextualizaban, según nuestra opinión, tanto una forma de tocar y componer, como el deseo de ubicarse en una estética musical, la de su propia contemporaneidad como músico andaluz del Bajo Guadalquivir. Lo hizo acompañado por la Orquesta Filarmónica de Triana, con arreglos del mallorquín Tony Cuenca. Enmarcado en uno de los clásicos festivales de flamenco andaluces, relacionados sobre todo con el cante flamenco y su ortodoxia, ello dejaba entender la voluntad de los programadores en innovar con naturalidad desde las raíces en el veterano festival flamenco “La Caracolá de Lebrija”, para ser también uno de los principales escenarios para dar a conocer las propuestas más interesantes de los artistas de Lebrija. Tuvimos ocasión de asistir a este pre-estreno y, según nuestra audición, escuchar un resultado inaudito, con sonoridades muy locales, de raíz, integrando las voces femeninas de Fernanda Peña, Noelia de los Ríos y Manuela del Moya a solo y en coros, con el color mediterráneo de los arreglos jazzísticos de Tony Cuenca.
La pandemia como impulso reflexivo y tiempo para componer
Como le ha ocurrido a la mayoría de artistas del flamenco y de otros ámbitos, el encierro forzado debido a la pandemia, a pesar del angustioso problema económico al no tener actuaciones públicas con sus ingresos económicos correspondientes, parece haber propiciado cierta parada para reflexionar y componer. Así lo expresa Rycardo Moreno en las entrevistas de promoción de su disco en la red, reflexionando sobre este singular proceso creativo:
Traté de conservar la estructura que estableció Vivaldi para hacer el concierto pero tenía clarísimo que sería un grito a la libertad, quería alejarme del sonido nacionalista y acercarme a la raíz de mi verdad. Para esto tuve que quitarme muchos patrones sonoros para después volver a ellos con frescura y ahora se dejasen utilizar a mi gusto. Andalucía es una tierra multicultural y esto se está olvidando a niveles intelectuales y musicales hoy día, a mí no me representa un sonido que ya está hecho, entonces ¿para qué nací? ¿Para qué vine a la tierra, para tocar y componer como otros ya lo hicieron? Pasé los últimos cuatro años de mi vida componiendo y arreglando dicho concierto, recuerdo cuando acabó la pandemia, no tuve el impulso de salir a la calle, continué encerrado haciendo la música que hoy suena en el Concierto nº1 guitarra Flamenca: La Perla.
En esta promoción del concierto en la red, arropada con la colaboración de artistas estelares de la guitarra y del cante como Tomatito, Miguel Poveda y quien fuera su descubridor y “padrino”, el concertista Gerardo Núñez, aparece también una tracklist (deflamenco.com) donde desgrana y comenta detalladamente el contenido de las siete piezas que componen el disco (Bordón gitano, Fruto eterno, Nabrissa, Azul, Babaji, Testigos del tiempo, A mis tres). No insistiremos en ello, comentando para concluir nuestras impresiones después de la escucha de su quinto opus.
El concierto n.º 1 Guitarra flamenca: La Perla, y su collage
Grabado con guitarras del lutier Juan Miguel González (Almería, 1947), entre ellas principalmente una mixta clásico-flamenca de palo santo y palillos bautizada “La Stradivarius”, resulta evidente en primer lugar que se trata de un disco de guitarra flamenca, a solo y de acompañamiento, arropada por los arreglos orquestales de Tony Cuenca. En cada pieza destaca el parámetro rítmico, estructurado básicamente en torno al sonido flamenco inconfundible de las palmas, completado con algunas percusiones, también seleccionadas para sonar flamencas.
Luego pone en valor partes vocales, a solo y en coros, como la de Miguel Poveda o Noelia de Los Ríos, con las de Celia Flores, Manuela del Moya Tomasa Santiago en coros agudos de estética flamenca contemporánea acamaroná, o sea siguiendo el concepto inaugurado por Camarón de la Isla y Paco de Lucía a partir de los ochenta del siglo XX.
Cada pieza puede ser entendida como un toque clásico de guitarra flamenca, construida a partir de una forma flamenca, prevaleciendo las rítmicas: bulería, alegrías, seguiriya, tangos. Solo el tema “Babaji” propondrá su lectura del clásico toque libre por rondeña contemporánea, configurado por Paco de Lucía a partir de la de Ramón Montoya (Madrid, 1879-1949).
La sonoridad disonante de la rondeña de concierto, creación o recreación de Ramón Montoya a partir de un toque de Miguel Borrull Castellón (Valencia, 1864-Barcelona, 1926) y su inicial propuesta de nueva scordatura con la sexta cuerda como bordón afinado en Re y la tercera en Fa sostenido, será la referencia principal de su nueva propuesta armónica que une la sonoridad clásica “por medio” con La Mayor como tónica, con la de Do sostenido frigio, tal como indica en sus comentarios. O sea que armónicamente, desde una nueva propuesta de afinación, reúne dos ámbitos armónicos, el bajo-andaluz “por medio” en La frigio y La Mayor, y el andaluz oriental “por rondeña” en Do sostenido frigio. Esta selección como punto de partida en su planteamiento armónico no es, según nuestra opinión, una casualidad.
Tanto el llamado “toque por medio” y su sonoridad resultante de la afinación de la guitarra, como el de rondeña para acompañar los estilos de Levante, son particularmente del gusto de los artistas gitanos, con el caso paradigmático y reciente del cantaor-guitarrista Camarón de la Isla quien, con su registro agudo, cantaba los estilos frigios acompañado al cuatro “por medio”, y hasta llegó a crear un fandango de corte levantino acompañado por la sonoridad renovada de rondeña de Paco de Lucía, al que dio el nombre de “Canastera”, todo un referente al ámbito lingüístico simbólico de lo gitano en el flamenco.
Como para la gran mayoría de los aficionados y aficionadas de la comunidad gitana desde los setenta, los discos de Camarón de la Isla han sido -y por lo oído, siguen siendo- la principal referencia sonora del flamenco moderno. El propio Rycardo Moreno, como Yerai Cortés, comentan en sus entrevistas que de niño sacaban las falsetas de Tomatito acompañando a Camarón. José Fernández Torres “Tomatito” (Almería, 1958) a su vez y por edad, fue uno de los primeros filtros y relectura de la obra de Paco de Lucía, desde la expresión gitana del toque.
Por consiguiente, siguiendo cronológicamente el impacto de la obra discográfica de Camarón de la Isla acompañada por Paco de Lucía, podemos perfectamente identificar una recepción musical renovada en tres generaciones de guitarristas del ámbito cultural gitano: Tomatito, Rycardo Moreno y Yerai Cortés, cada uno inmerso en el contexto musical, social y geográfico que le ha tocado vivir. En este sentido, el Concierto n.º 1 para guitarra flamenca: la Perla nos recuerda, en su planteamiento y producción, la Sonanta Suite de Tomatito (Universal Music Spain/Deutsche Grammofon, 2010), serie de toques de concierto del guitarrista almeriense armonizados para guitarra y orquesta, en este caso la Orquesta Nacional de España dirigida por Josep Pons. Quizás se pueda entrever, con ambas obras, el intento reciente de llevar la música de guitarra flamenca de expresión gitana al ámbito sinfónico, con un precedente de 1976, el Gipsy Concert (guajira, soleá, rondeña, zapateado) de Sabicas (Pamplona, 1912 - Nueva York, 1990) y del pianista, organista y compositor Enrique Escudé-Cofiner i Graugés “Enrique Cofiner” (Barcelona, 1909-Molins de Rey, 1996), hijo del guitarrista gitano clásico-flamenco ciego de nacimiento Francisco Escudé-Escudé (Vals, Tarragona, 1868 - Barcelona, 1928), a su vez hijo del tocaor gitano Valentín Francisco Escudé, etc.
Escrito por Norberto Torres
Desde España
Fecha de publicación: invierno de 2025
Artículo que vió la luz en la edición nº 48 de Sinfonía Virtual
www.sinfoniavirtual.com
ISSN 1886-9505
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